Su importancia en la dieta

El agua es la sustancia más abundante de nuestro cuerpo. Todas las células están flotando en el agua, tanto es así, que un 70-75 por ciento de su peso corporal está formado por agua, y lo mismo ocurre con los alimentos que comemos, también contienen alrededor de un setenta por ciento de agua.

Una reducción de un diez por ciento del agua, hace que nuestro cuerpo enfermedad, pero si esta reducción llega al veinte por ciento, puede significar la muerte. Aunque es posible resistir semanas sin comer nada, sólo se puede sobrevivir durante unos pocos días sin agua, y si tiene la mala suerte de estar en un ambiente muy cálido, puede que sólo pueda aguantar unas pocas horas.

Esta sustancia tan increíble está relacionada con todas las funciones corporales del hombre.

Su fluido vital, la sangre, está formada en un noventa por ciento por agua, y todos sabemos que la sangre es la responsable del transporte de los nutrientes y de la energía a los músculos activos y del transporte de los desechos metabólicos fuera de los tejidos. Una reducción en la cantidad del agua del cuerpo es equivalente a una sangre más concentrada, por lo que una pérdida del cinco por ciento del agua corporal es igual a un diez por ciento menos de agua en sangre.

Cuanto más espesa sea la sangre, es más susceptible a coagularse, tiene menos capacidad para llevar oxígeno al cerebro, los músculos y menos capaz es de transportar sustancias hacia y desde los diferentes tejidos. El agua controla la regulación de la temperatura corporal, por lo que si no disponemos de una cantidad suficiente de agua en nuestro cuerpo, quizá no pueda enfriarlo. Además el sistema digestivo también opera con la ayuda del agua y el lubricante de nuestras articulación instalaciones es el agua.

El agua también es responsable de las acciones relacionadas con la producción de energía ya que si nuestros riñones no disponen de agua suficiente el hígado se verá forzado a desintoxicar toxinas, y si nuestro hígado se ocupará de esto, el resto de funciones de este órgano se verán afectadas en su eficacia, incluido el metabolismo de los alimentos. Cuando nos deshidratamos, incluso ligeramente, nuestro cuerpo contraataca disminuyendo la velocidad de eliminación de agua, y para evitar que esto ocurra se produce una retención excesiva de agua, es decir, una restricción de los fluidos virtualmente estimula que el Nuestro cuerpo retenga más agua.

El agua nos ayuda a recuperarnos de las sesiones de entrenamiento, ayuda a la aportación de energía en forma de grasa en los músculos y se acumula dentro de las células. La deshidratación reduce la efectividad de estas funciones y hace disminuir los niveles de rendimiento.

El agua contribuye al almacenamiento de energía en acumular junto a los depósitos de glucógeno. Si no bebemos suficiente agua como para facilitar este proceso, el exceso de glucosa permanece en la sangre hasta que llega al hígado y entonces se almacena en forma de grasa.

Piensa en esto

podemos engordar cuando no consumimos la cantidad de agua adecuada. Si estamos intentando adelgazar, debemos beber mucha agua, por lo que nuestro hígado pueda metabolizar la grasa corporal de forma efectiva, y cuando tengamos una dieta rica en carbohidratos, debemos beber agua con frecuencia para que la glucosa pueda almacenar como glucógeno.

Como entusiastas del fitness necesitamos más agua que una persona sedentaria. Una reducción tan pequeña como de un cuatro a un cinco por ciento del agua corporal puede significar una caída del rendimiento físico de entre un 20-1 treinta por ciento. Es pues recomendable consumir grandes cantidades de agua cada día, especialmente veinte minutos antes de cualquier prueba deportiva, después de una comida rica en carbohidratos, y no debemos esperar a tener sed para beber agua, porque una vez que nuestro cuerpo alcanza este punto, ya tenemos un déficit importante de este fluido.

Nuestro cuerpo en reposo consume una media de 1,5 a 2,5 litros de agua al día. Durante el entrenamiento, se aconseja beber un suplemento diario de agua de 1,5 litros.

La importancia del agua es incuestionable especialmente para un atleta o para un entrenador serio de fitness. Ya que es el ingrediente «principal» del cuerpo humano, una cantidad adecuada de agua es esencial para un rendimiento atlético saludable y de calidad, y aunque haya otras sustancias que puedan aliviar la sed tal como la leche, los refrescos azucarados y los jugos de fruta, en realidad lo que hacen es aumentar la necesidad de beber agua.